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Los fabricantes diseñan los modos de conducción de sus coches híbridos para que el usuario no tenga más que arrancar y conducir, pero hay técnicas de conducción específicas que permiten sacar todo el partido de un modelo híbrido y gastar menos combustible.

Una de las principales características de los motores eléctricos es que, a diferencia de los motores de combustión, entregan todo el par motor de una forma constante desde la primera rpm hasta el final. Este factor es de gran ayuda para ahorrar combustible en las arrancadas, que es precisamente cuando un motor de combustión consume más puesto que el vehículo no ha ganado velocidad y por lo tanto no acumula inercia.

Arrancar y parar con decisión

Cuando arrancamos con firmeza con un vehículo híbrido estamos aprovechando estas características especiales del motor eléctrico para gastar menos combustible. El objetivo es alcanzar con rapidez la velocidad de crucero a la que queremos circular para que el motor de combustión no tenga que hacer un esfuerzo suplementario y así reducir el consumo.

De la misma forma, frenar con una cierta decisión nos puede ayudar a consumir menos. La mayoría de coches híbridos incorporan el denominado sistema de recuperación de energía. Es decir, cuando frenamos estamos recargando la batería. Si por el contrario dejamos que el coche pierda velocidad sin frenar, por simple fricción, estamos perdiendo la oportunidad de cargar la batería y utilizar esta energía en la siguiente aceleración.

Calcular la ruta

Jugar con el nivel de carga de la batería, previendo la duración y distancia del recorrido que estamos realizando, es otra de las técnicas de gran ayuda para ahorrar combustible. La mayoría de coches híbridos del mercado permiten al conductor decidir si quiere utilizar únicamente el motor de combustión, el motor de combustión y el motor eléctrico simultáneamente, o sólo el motor eléctrico, dependiendo del nivel de carga en un momento determinado.

De esta forma, podemos por ejemplo recargar la batería circulando a velocidad de crucero, que es cuando el coche gasta menos, para realizar los últimos kilómetros hasta nuestra casa por ciudad únicamente con el motor eléctrico, sin contaminar ni consumir carburante.

Aunque un coche híbrido es capaz por sí solo de consumir menos que un coche convencional, aplicar técnicas de conducción muy simples y ser capaces de calcular nuestra ruta nos puede aportar beneficios extra y sacar todo el partido de nuestro vehículo.